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La Rioja Alta
Para alcanzar el objetivo de ser una de las mejores bodegas del mundo, contrataron al enólogo francés Alfonso Vigier como director técnico. En 1941, la compañía adoptó su nombre definitivo: La Rioja Alta, S.A. Un año después, se registró la marca más emblemática de la casa: “Viña Ardanza”. Desde entonces, La Rioja ha mantenido el espíritu emprendedor de sus fundadores. La producción se realiza en dos bodegas complementarias. Una está ubicada en el Barrio de la Estación de Haro, una bodega centenaria que conserva la tradición vinícola riojana, ideal para la crianza. La otra bodega, moderna y eficiente para la fermentación, se encuentra en Labastida. La empresa gestiona fincas que abarcan 473 hectáreas en total, con 360 dedicadas a viñedos, mayormente en los mejores terrenos de la subregión de la Rioja Alta. Los viñedos se encuentran principalmente en suelos calcáreos de Rodezno, Labastida, Briones, entre otros, y también tienen 63 hectáreas de Garnacha en Tudelilla, en la Rioja Oriental. Aunque la Tempranillo es predominante, en años recientes se ha cultivado Graciano para añadir una personalidad especial a los vinos.
En 2015, La Rioja Alta, S.A. celebró su 125º cosecha con mejoras en sus instalaciones, incluyendo dos nuevas líneas de acceso a la bodega, mesas ópticas de selección y un laboratorio de I+D+i.