La comarca de la Manchuela se localiza en una altiplanicie situada entre 600 y 1100 metros de altitud, entre las provincias de Cuenca (sureste) y Albacete (noreste), ocupando el amplio espacio que separa los cursos de los ríos Júcar y Cabriel. El territorio tiene un clima mediterráneo continental, de inviernos fríos, generalmente largos, y veranos muy calurosos. La pluviosidad de la zona es baja (sobre los 400 mm anuales), pero la cercanía al Mediterráneo y el régimen de brisas levantinas le aportan humedad ambiental en verano, sobre todo durante el período de maduración de la uva, dando lugar a unas temperaturas casi perfectas para la elaboración de vinos que puedan durar en el tiempo.
VITICULTURA Y SUELOS
El viñedo se cultiva en un territorio esencialmente llano o ligeramente ondulado, excepto en las zonas altas, donde existen laderas y desniveles que otorgan complejidad a algunas subzonas. Los viñedos suelen localizarse a altitudes comprendidas entre los 600 y los 1.100 metros sobre el nivel del mar; los suelos son calcáreos, en general, con base de arcillas y gravas.
TIPO DE VINOS
En la Manchuela se elaboran excelentes vinos de muchos tipos: cabe hablar de estupendos rosados, muy fáciles de beber, y de blancos y tintos muy reconocidos internacionalmente. Los vinos producidos a partir de la variedad Tempranillo son muy parecidos a los manchegos típicos. En cambio, los que están elaborados con la variedad Bobal, propia de la zona, son más frescos y afrutados, además de muy bien definidos. La amplia lista de uvas autorizadas da juego para elaborar una gama muy variada de vinos de calidad.
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