Simón Coll Xocolaters

La familia Mestres, de San Sadurní de Anoia se dedicaba al negocio local, a la vid, hasta que uno de los hermanos, Simón Mestres decidió abrir un negocio de ultramarinos, con productos como el café y el cacao. El contacto diario con el cacao hizo que él mismo elabores chocolate. Uno de los productos más reclamados en la Casa Simón en las siguientes décadas. La pasión por el chocolate se fue transmitiendo de generación en generación, implementando nuevos modelos de producción, realizando productos innovadores unidos con la pastelería, uniendo fuerzas con chocolates Amatller en 1972 y empezando a darse a conocer al mundo al año 1991.

La empresa, en su momento se diferenció de la competencia extranjera gracias a que realizaba productos de una excelente calidad enfocados al mercado nacional, como por ejemplo hacer huevos de pascua, o dulces de chocolate especiales en Navidad con sello catalán, entre otros.

Actualmente goza de un gran reconocimiento y fama internacional de la mano de la sexta generación de los Coll, buscando nuevas maneras de innovar sin olvidar de dónde vienen.

La familia Mestres, de San Sadurní de Anoia se dedicaba al negocio local, a la vid, hasta que uno de los hermanos, Simón Mestres decidió abrir un negocio de ultramarinos, con productos como el café y el cacao. El contacto diario con el cacao hizo que él mismo elabores chocolate. Uno de los productos más reclamados en la Casa Simón en las siguientes décadas. La pasión por el chocolate se fue transmitiendo de generación en generación, implementando nuevos modelos de producción, realizando productos innovadores unidos con la pastelería, uniendo fuerzas con chocolates Amatller en 1972 y empezando a darse a conocer al mundo al año 1991.

La empresa, en su momento se diferenció de la competencia extranjera gracias a que realizaba productos de una excelente calidad enfocados al mercado nacional, como por ejemplo hacer huevos de pascua, o dulces de chocolate especiales en Navidad con sello catalán, entre otros.

Actualmente goza de un gran reconocimiento y fama internacional de la mano de la sexta generación de los Coll, buscando nuevas maneras de innovar sin olvidar de dónde vienen.

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La familia Mestres, de San Sadurní de Anoia se dedicaba al negocio local, a la vid, hasta que uno de los hermanos, Simón Mestres decidió abrir un negocio de ultramarinos, con productos como el café y el cacao. El contacto diario con el cacao hizo que él mismo elabores chocolate. Uno de los productos más reclamados en la Casa Simón en las siguientes décadas. La pasión por el chocolate se fue transmitiendo de generación en generación, implementando nuevos modelos de producción, realizando productos innovadores unidos con la pastelería, uniendo fuerzas con chocolates Amatller en 1972 y empezando a darse a conocer al mundo al año 1991.

La empresa, en su momento se diferenció de la competencia extranjera gracias a que realizaba productos de una excelente calidad enfocados al mercado nacional, como por ejemplo hacer huevos de pascua, o dulces de chocolate especiales en Navidad con sello catalán, entre otros.

Actualmente goza de un gran reconocimiento y fama internacional de la mano de la sexta generación de los Coll, buscando nuevas maneras de innovar sin olvidar de dónde vienen.

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